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India,2004.

Memorias, relato de las propias experiencias: confesiones. Otras palabras similares: confusión, concesión, conexión, confección, concisión, contusión, concusión, confesor, convecino, confeso, confesa, confesar, concesivo, confeti, concesiva.

jueves, 10 de abril de 2008

Un hombre y una mujer se juntan para acompañarse en el camino

Escribe Elena.

Visualizo a mi madre, a mis abuelitas, a mis hermanas, a mis amigas pasadas y presentes; a mis compañeras de escuela, de universidad y las que he tenido en el camino de mi vida laboral; las que han destacado en la ciencia, la literatura, la poesía, en la política, la pintura, las musas, las ensayistas, las luchadoras en defensa de los marginados, desaparecidos, discapacitados. También visualizó a las mujeres que vivieron en el antes de antier prehistórico, acompañaban a los hombres en la lucha por sobrevivir. En el antier histórico los pobres, los esclavos, hombres y mujeres juntos enfrentan su miseria, en el ayer histórico, con la clase media la pareja se separa y -como lo apunta Agustín- el hombre se convierte en proveedor y la mujer en el sostén de la familia. Más adelante, nuevamente, las mujeres y los hombres se juntan para mejorar su economía.
Desde su principio el Hombre ha formado parte del paisaje, del ambiente natural y urbano, lo ha ido conformando de acuerdo a sus necesidades, condiciones y desarrollo, participando de manera individual y colectiva. Ha utilizado las herramientas y los materiales que le han enseñado, que enriquece o empobrece y así lo transmite. Hoy, los hombres y las mujeres somos lo que fuimos, lo que hemos recibido, lo que hemos aprendido y lo que quisiéramos ser. En tal caso, importante es cuestionar nuestra participación, darnos cuenta si en verdad formamos parte del paisaje, si siempre estamos en la fotografía, y qué estamos haciendo en la escena, en la vida, junto a los demás que también somos nosotros.
Una fotografía o una pintura sin personas puede maravillarnos,
con personas , aunque no sea técnicamente artística,
nos incorpora al paisaje, recordamos lo que somos..
Pero, ¿Cuándo se junta el hombre y la mujer para andar el mismo camino? Cuando descubren sus diferencias y que éstas implican condiciones que integradas, en algunos casos sólo sumadas, nos permitirán caminar a paso ligero, al mismo ritmo y a la misma distancia, dándonos con el ánimo de saber más, de aprender del otro, disfrutando el viaje, con todos los sentidos abiertos para subirse juntos al mismo Bus, descubriendo oportunamente la ruta a seguir. El andar ligero requiere de confianza sin pudor, sin límites. A veces conviene tomar un Bus diferente para alcanzarse en algún punto del camino, de igual manera también lo es el silencio, si tales momentos se disfrutan sin traiciones, ni infidelidades, sintiéndose íntimamente con la seguridad que ofrece el afecto –dar/recibir y la solidaridad -compromiso con las necesidades del otro- entonces la visión de sí mismo, del otro(a), de los demás y de la realidad irá teniendo una nueva percepción. NO limitarse por definiciones estrechas y mucho menos construir muros alrededor, por el contrario, hacer el mejor esfuerzo por encontrar afinidad, armonía y belleza, el diálogo y la comunicación ayudan en el desarrollo de tal esfuerzo. Las condiciones actuales son difíciles, tanto como en la prehistoria, las personas se necesitan, hombres y mujeres, la pareja es uno de los engranes de la fuerza del grupo. Una de sus condiciones endógenas para estar juntos es ayudar a mejorar nuestras condiciones y las del ambiente, cómo? La forma, las tareas, se van descubriendo en el camino.

Abril 7, 2008

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