Hoy me acompaña como una sombra que obscurece mi piel, no necesito verla, la intuyo, la siento, percibo cuando está conmigo y siento su ausencia liberadora cuando se aleja.
Nunca pedí tenerla, se fue apoderando de a poco, nunca tocó el timbre, la tengo aquí, constante, pocos los momentos que se ausenta, no la extraño.
Vivo bien sin ella, sin embargo regresa, disuasiva, silenciosa, me obliga a mirarla, a estudiarla, desenredo sus entrañas que son las mías, intento comprender para comprenderme, tal ves así, liberarme de ella.
Aquí estás como siempre.
Eres mi destino, eres mi pasado.
Corro y regreso, siempre regreso.
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